Viernes 09 de Agosto de 2024. Memoria libre de Santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Ornamento: Rojo 🔴
Misal Romano Página 766.
Misal Romano 4ª Edición Páginas 804 y 939.
📙 ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
📙 ORACIÓN COLECTA
Dios de nuestros padres, que llevaste a la mártir Santa Teresa Benedicta de la Cruz al conocimiento de tu Hijo crucificado y a imitarlo fielmente hasta la muerte, concede, por su intercesión, que todos los hombres reconozcan a Cristo como Salvador y, por medio de él, lleguen a contemplarte eternamente. Él, que vive y reina contigo...
O bien: Si la Memoria de Santa Teresa Benedicta de la Cruz se celebra como Fiesta, se puede leer las siguientes lecturas.
Leccionario III Página 375 (n. 93).
📖 1ª. Lectura (Sab 3, 1-9).
Del libro de la Sabiduría
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Leccionario III Página 841 (n. 757).
📘 Salmo Responsorial (Sal 30).
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
L. Sé tú mi fortaleza y mi refugio, mi muro de resguardo. Pues eres mi refugio y fortaleza, por tu nombre, Señor, guía mis pasos. /R.
L. En tus manos encomiendo mi espíritu y tu lealtad me librará, Dios mío. Tu amor, Señor, me llenará de gozo cuando te hayas de mí compadecido. /R.
L. Líbrame del poder de mi enemigo que viene tras mi pasos. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y por tu amor tan grande, ponme a salvo. /R.
Leccionario III Página 992 (n. 1031).
📘 Aclamación antes del Evangelio (Sant 1, 12).
R. Aleluya, aleluya.
Dichoso el hombre que sufre la tentación porque, después de haberla superado, recibirá en premio la corona de la vida.
R. Aleluya, aleluya.
Leccionario III Páginas 471-472 (n. 219).
📗 Evangelio (Mt 10, 28-33).
Del santo Evangelio según San Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo. ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también los reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos". Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
📙 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
📙 ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
El Cordero que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida. (Apoc 7, 17).
📙 ORACIÓN DESPUÉS LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada Teresa Benedicta de la Cruz por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento que, venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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LA CRUZ: CAMINO A LA VERDADERA VIDA
En el Evangelio de hoy, Jesús nos presenta una enseñanza fundamental para todos los que desean seguirlo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga". Estas palabras nos invitan a una reflexión profunda sobre lo que significa ser discípulo de Cristo.
Renunciar a Sí Mismo: El primer paso para seguir a Jesús es la renuncia a uno mismo. Esto no significa que debamos rechazar nuestra identidad o nuestras aspiraciones, sino que debemos estar dispuestos a poner la voluntad de Dios por encima de nuestros propios deseos. La renuncia a uno mismo implica humildad, un corazón dispuesto a servir y un espíritu abierto a la voluntad divina, aunque esta nos lleve por caminos que no habríamos elegido por nosotros mismos.
Tomar la Cruz: La cruz en los tiempos de Jesús era un símbolo de sufrimiento, vergüenza y muerte. Sin embargo, Jesús transforma este símbolo en un camino hacia la vida verdadera. Tomar la cruz no es simplemente aceptar las dificultades de la vida, sino asumirlas con fe, viendo en ellas una oportunidad para unirnos más a Cristo. La cruz que llevamos puede ser el dolor, las pruebas, las tentaciones o los sacrificios que enfrentamos en nuestro camino de fe. Pero en esta cruz, encontramos la gracia, la fuerza y la esperanza en la promesa de la resurrección.
Perder para Ganar: Jesús nos enseña una paradoja espiritual: "El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará". Aquí, Jesús nos invita a una entrega total, a confiar en que al ofrecer nuestra vida por Él, no solo no la perdemos, sino que la ganamos en plenitud. La verdadera vida no se encuentra en acumular riquezas, poder o placeres, sino en vivir según los valores del Evangelio, entregándonos al servicio de Dios y del prójimo.
El Juicio Final: Jesús nos recuerda que al final de los tiempos, el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre y dará a cada uno según sus obras. Esto nos llama a la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones diarias. No debemos vivir solo para el presente, sino con la vista puesta en la eternidad, conscientes de que nuestras vidas serán evaluadas por el amor y la fidelidad con que hemos seguido a Cristo.
La Promesa de Ver al Hijo del Hombre: Jesús termina con una promesa enigmática: "Algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey". Esta afirmación puede referirse a la transfiguración, a la resurrección o a la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, momentos en los que los discípulos experimentaron de manera tangible la gloria de Cristo. Para nosotros, es una invitación a mantenernos firmes en la fe, sabiendo que experimentaremos la presencia y el poder de Cristo en nuestras vidas de maneras profundas y transformadoras.
El Evangelio de hoy nos desafía a abrazar el camino de la cruz, un camino que, aunque difícil, nos lleva a la verdadera vida en Cristo. Sigamos a Jesús con un corazón dispuesto a renunciar a nosotros mismos, a tomar nuestra cruz y a confiar en la promesa de la vida eterna.
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